¿Por qué visitar Kermanshah?
Uno de los puntos magnéticos de Kermanshah es el célebre emplazamiento histórico de Bisotun, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde el gran Darío el Grande, rey persa de la dinastía aqueménida, inmortalizó sus triunfos y su linaje en un magnífico bajorrelieve grabado sobre un enorme acantilado de piedra caliza. La inscripción multilingüe de Bisotun no sólo se ha convertido en un emblema del poderío y la grandeza imperial persa, sino que también ha servido como clave crucial para descifrar la escritura cuneiforme, desenterrando muchos secretos velados en la historia antigua.
Además, Taq-e Bostan, otro yacimiento arqueológico, invita a recorrer los pasillos de la historia con sus espléndidos relieves rupestres que narran con elegancia historias de reyes persas, sus heroicas hazañas y sus sagaces gobernantes. Los visitantes suelen quedarse boquiabiertos, contemplando las detalladas tallas y la maestría de los antiguos artesanos que esculpieron hábilmente las historias en la robusta pared de la montaña.
Más allá de lo histórico, Kermanshah es un brillante espectáculo de diversas culturas y etnias, habitada principalmente por kurdos, que confieren a la ciudad un tapiz cultural distinto y vibrante. La ciudad palpita con ricas tradiciones, música y danza, y ofrece a sus visitantes una experiencia fascinante y conmovedora. La hospitalidad kurda, tan ilimitada como los paisajes que rodean la ciudad, garantiza que los viajeros sean recibidos con los brazos abiertos y amplias y genuinas sonrisas.
El tentador aroma de la cocina kermanshahi enriquece aún más el viaje del viajero, ofreciendo una centelleante danza de sabores, colores y texturas. Platos como el "Dandeh Kebab" y postres como el "Nân berendji" (una galleta de harina de arroz) cautivan el paladar, tejiendo un importante hilo a través del tejido cultural y social de la ciudad.
Kermanshah también se revela como un lienzo donde la naturaleza ha salpicado espléndidamente sus colores. La ciudad está enclavada entre majestuosas montañas y verdes valles, y ofrece vistas espectaculares que cautivan el alma y vigorizan los sentidos. El paisaje que rodea Kermanshah es un santuario para senderistas, entusiastas de la naturaleza y cualquiera que desee sumergirse en la tranquilidad y la belleza de la tierra.
Sin lugar a dudas, Kermanshah no es sólo un destino; es una experiencia envolvente en la que cada callejón resuena con historias de los anales del tiempo, cada piedra encarna la maestría de antiguos artesanos y cada rostro brilla con las historias tácitas de culturas ricas y vibrantes. Quienes viajan a Kermanshah se embarcan en un viaje trascendental a través del tiempo, explorando el intrincado encaje de la historia, la cultura y la sublime naturaleza, cada puntada narrando una historia intemporal de la meseta persa.